David Oubel, el hombre acusado de matar brutalmente a sus dos hijas en Moraña (Pontevedra), ha sido declarado culpable del asesinato de las niñas y ha sido condenado, tras la resolución del jurado, a la pena de prisión permanente revisable.
Tras poco más de hora y media de deliberaciones, el jurado ha considerado acreditado que Oubel mató a sus hijas Candela y Amaia, de 9 y 4 años, usando una sierra radial eléctrica y un cuchillo de cocina, después de haberlas drogado previamente para reducir sus posibilidades de defensa.
El tribunal entiende que lo hizo, además, con alevosía como demuestran las diez veces que atacó a su hija mayor, a la que no le habían hecho efecto los sedantes que obligó a ingerir a las niñas, para evitar que se escapara. Las dos menores, ha detallado el jurado, estaban "indefensas" y no tuvieron posibilidad de defenderse. El veredicto ha sido unánime.
El juicio, que se ha celebrado en la Audiencia de Pontevedra, ha estado marcado por la confesión de David Oubel, que ha reconocido ante el tribunal haber matado a sus hijas y estar "muy arrepentido", descartando además que sufriese algún tipo de trastorno mental.
Ante esta confesión, su abogado ha aceptado que el parricida confeso, tal y como solicitaban el fiscal y la acusación particular, sea condenado a la pena de prisión permanente revisable. La magistrada, al existir esta conformidad, ha pronunciado la sentencia ya en la propia sala, condenando a Oubel en los términos que reclamaba la Fiscalía.
Junto con la prisión permanente revisable, el parricida no podrá acercarse a menos de un kilómetro de la madre de las niñas ni comunicarse con ella por un periodo de treinta años y deberá indemnizarla con 245.000 euros por el doble asesinato.