Los convocados emulaban al movimiento de los 'chalecos amarillos', que protestan contra la subida del combustible en Francia. 500 manifestantes, sin autorización y sin una reivindicación concreta salvo sus críticas al Gobierno, se han echado a las calles de Bruselas.
Han usado la fuerza bruta hasta que han conseguido tumbar un coche policial, luego han propinado patadas, los golpes, y finalmente han prendido fuego a otro vehículo.
Se han convocado a través de las redes sociales y se han acercado hasta la oficina del primer ministro para pedir su dimisión.
Ni las pelotas de goma, ni los chorros de agua han frenado a los manifestantes, que se han enfrentado a los agentes con todo tipo de objetos y utilizando los adoquines a modo de proyectil. Una violenta protesta que ha terminado con más de 70 personas detenidas.
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Piden una regulación estricta
La lucha de los ludópatas por prohibir las tragaperras en los bares: "Un café te puede costar 300 o 400 euros"
Los detalles Más de 15.000 personas han firmado una petición para regular el acceso a las máquinas de juego en bares y cafeterías, que son el punto de entrada de muchos menores al juego y ponen en peligro el tratamiento de los adictos que se autoexcluyen.