Los vecinos de la colonia madrileña de Fuente del Berro están viviendo una situación insólita. Los pavos reales, que tradicionalmente habitaban el parque de la Quinta de la Fuente del Berro, han decidido expandir su territorio y ahora desfilan por las calles a sus anchas, generando una multitud de problemas.
Los conductores de la zona no saben cómo reaccionar ante estos animales que cruzan las calles sin prisa, a menudo sin respetar las normas de tráfico. "He asistido a tres atropellos", afirma Carmen, una vecina que intenta constantemente salvar a los pavos en las intersecciones. Sin embargo, el caos sigue creciendo.
Lo que comenzó como una curiosidad para los residentes se ha convertido en un quebradero de cabeza. "Es bonito verlos pasear, pero también es un problema bonito", comenta Socorro, otra vecina que alimenta a los pavos con todo tipo de manjares, desde tortilla hasta jamón york. Los pavos parecen haber tomado cariño a la comida que reciben de los viandantes, lo que los lleva a salir del parque en busca de más.
Pero el aumento de la población de pavos reales y su comportamiento temerario en las calles congestionadas ha llevado a que los vecinos pidan medidas urgentes. "Se pasean por las calles en los patios y lo llenan todo de cacas", comenta Carmen, preocupada tanto por la limpieza como por la seguridad. Los vecinos proponen soluciones que van desde trasladar a los animales a un lugar más seguro, hasta colocar badenes y señales específicas para proteger tanto a los animales como a los conductores.
Mientras tanto, los pavos siguen su vida en las calles de la colonia, ajenos al caos que han generado, cruzando sin mirar y confiados ante los vehículos, a veces hasta respetando los pasos de peatones. Pero el riesgo de atropellos y la incomodidad de los vecinos crecen día a día.
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