Durante una comida familiar en diciembre de 2017. Es ahí cuando Pedro Nieva confirma la relación que mantienen en secreto su mujer y la víctima: Javier Ardines.
Nieva deja su teléfono grabando oculto y se marcha al baño. Cuando vuelve, el dispositivo capta una conversación que confirma su sospecha. En ella, Catalina hace un comentario jocoso sobre cómo calienta su casa de Llanes, en la que veranea, y además, una frase similar a esta: "Menos mal que nadie sospecha de nosotros".
Pedro Nieva se la muestra a su mujer como prueba de que conoce su infidelidad, pero ella lo niega. El acusado de ser el inductor del crimen de Ardines llegó a enviar el audio a un familiar. Y éste familiar es quien se lo entrega a los investigadores, días después del asesinato. Nieva entra a formar parte, de la investigación.
Catalina estuvo en Llanes el día del crimen. Desde esa mañana, sospechó de su marido y le envía este mensaje: "Pero, ¿qué has hecho?". A lo que Nieva le respondió: "No he hecho nada, me he pasado la noche durmiendo en casa".
La conversación fue intervenida en el teléfono del acusado, que negó también su implicación ante la jueza el pasado viernes. Esa noche, justo antes de ingresar en prisión, se entera que los encuentros entre Ardines y su mujer se remontaban a 30 años atrás.
Mucho más de lo que creía. Según la investigación hubo al menos cuatro viajes hasta la escena del crimen. Dos de ellas para estudiar la zona y los movimientos del concejal. El abogado de Jesús, considerado el intermediario, ha acudido a los juzgados y ha visitado a su cliente.
Pedro Nieva, el presunto inductor del asesinato del concejal de Izquierda Unida Javier Ardines, supuestamente encargó el crimen del edil cuando descubrió la infidelidad, hace aproximadamente un año.
Djilali Benatia es el único acusado que ha querido declarar para dar su versión sobre el crimen de Llanes.