Un presunto yihadista que alentaba en Internet a recuperar "violentamente" Al Andalus y poder arrojar al vacío a "todos" los homosexuales desde "lo alto" de edificios del barrio madrileño de Chueca, conocido por su ambiente gay, se enfrenta a 48 años de cárcel por integración en Dáesh y por amenazas de muerte a profesores y periodistas.
El acusado, Karim el Idrissi Soussi, será juzgado ante la sección segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional por integración en organización terrorista y por cuatro delitos de amenazas terroristas, entre ellas al director sobre radicalización violenta y terrorismo global del Instituto Elcano, el catedrático Fernando Reinares.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, en 2015 inició "un intenso proceso de autoadoctrinamiento" en Internet para acabar integrándose" en Dáesh y tratar de instruirse "en la forma de llevar a efecto acciones violentas", además de hacer llamamientos para cometer atentados, intentando que sus seguidores en redes sociales percibieran a España como "enemiga del Islam".
En sus publicaciones, hacía llamamientos a "la obligación de los buenos musulmanes de hacer la yihad violenta para la necesaria expansión de los territorios ocupados por el Dáesh, así como para recuperar Al Andalus y las ciudades de Ceuta y Melilla, ocupadas por los infieles 'inmundos'", haciendo llamamientos "expresos a los musulmanes de Ceuta para que ayudaran a recuperar su ciudad para el Islam".
Sus reclamaciones constantes sobre España, llegando a afirmar que la bandera del Dáesh ondearía en el Palacio de la Moncloa, colocaron a nuestro país "una y otra vez como diana de atentados terroristas", según la Fiscalía.
Entre sus propuestas violentas, publicó que la solución para los que calificó de "desviados sexuales" es la muerte por lanzamiento al vacío y manifestó su deseo de que cuando el Dáesh recuperara "violentamente" Al Andalus, "todos los homosexuales fueran precipitados desde lo alto de los edificios de Chueca".
Para justificar la conquista de Al Andalus, presa de los "infieles", invocó también la participación de España en la coalición internacional para la guerra de Irak en 2003 y publicó imágenes de los ministros de Defensa y de Interior -la Fiscalía no especifica si se trata de los que entonces ostentaban el cargo-, refiriéndose como "infiel y amigo de judíos al primero, a quien llegó a calificar de asesino, y como un nuevo Torquemada al segundo".
También exaltaba la figura de los yihadistas "y difundió, a modo de advertencia para quienes él considera enemigos del Islam verdadero, imágenes de degollamientos por parte de verdugos del Dáesh de extrema brutalidad".
"Desde el perfil de Twiter @Musul_man, junto a una secuencia de fotografías de la decapitación del cooperante británico James Foley en Siria por parte de John el Yihadista, profirió amenazas contra los profesores Fernando Reinares, Javier Jordán y Manuel Ricardo Torres Soriano y contra el periodista Ignacio Cembreros, afirmando que ellos podían ser los siguientes, y asegurándose, con intención de amedrentarlos, de que iban a recibir el mensaje", indica el fiscal.
Presentaba también a la comunidad musulmana en España como "víctima del acoso de las fuerzas y cuerpos de seguridad, comparándolas en su actuación con la Inquisición", y las acusaba de detener a presuntos yihadistas "por sus ideas políticas", por lo que reclamaba "a los buenos musulmanes" a realizar acciones en favor de la libertad de esos presos, "siendo tal el odio que manifestaba hacía los cuerpos policiales que en las imágenes que publicaba llegó a señalarlos con un puntero rojo, a modo de diana".
Su actividad en redes "tenía además por objeto su propia capacitación para cometer acciones violentas" y en ese contexto sitúa la Fiscalía el viaje que realizó a Turquía en 2016, "sin previo aviso a sus familiares y amigos", si bien, "por razones que se desconocen", no consiguió su propósito "de atravesar la frontera con Siria para llegar a territorios ocupados por el Dáesh".
Con todos estos fines utilizó sucesivas cuentas de Twitter, que abría a medida que le cerraban las anteriores por sus contenidos violentos, así como al menos dos blogs -Soldados del Califato y Estado Islámico- y un canal de Telegram.
En el registro de su vivienda en Madrid a raíz de su detención el 22 de septiembre de 2016 y también en su poder, le fueron intervenidos un teléfono móvil con su correspondiente tarjeta, un pen drive y un ordenador portátil, así como una pistola simulada y su cargador.