Chrystul Kizer, una joven estadounidense de 19 años, se enfrenta a cadena perpetua por matar a un hombre de 34 años que la violaba y la prostituía.

Los hechos ocurrieron en Kenosha (EEUU), en 2018, cuando Kizer tenía 17 años. Según 'The Whashington Post', la joven disparó dos veces a su agresor, Randall Volar, para después quemar su cuerpo y huir en su coche.

Los fiscales acusan a la joven por un crimen premeditado, mientras ella ha afirmado que fue en defensa propia. Según recoge el diario americano, la joven ha asegurado que esa noche fue agredida e inmovilizada en el suelo cuando se negó a mantener relaciones sexuales con Randall.

Poco después de que Randall Volar conociera a la joven, cuando tenía 16 años, comenzó a cobrar a otros hombres para que mantuvieran relaciones sexuales con ella. Kizer no fue la única víctima de Volar. En febrero de 2018, el hombre fue detenido por delitos de agresión sexual infantil cuando la Policía descubrió que poseía vídeos de pornografía infantil y que estaba abusando de una docena de menores.

La defensa de la joven pide que sea absuelta y se ampara en una ley que permite indultar a las víctimas de trata sexual. Sin embargo, los fiscales insisten en la premeditación del delito con el fin de poder robar al hombre su vehículo.

La hipótesis de los fiscales se basa en unos mensajes de la joven a una amiga afirmando que pronto tendría un BMW. También se amparan en un directo de la joven en Facebook, tres días después de los hechos, en el que reconoció que iba a regalarle a su hermano un BMW y en el que enseñó la pistola afirmando que "no quería disparar a nadie más".