A los bañistas de Ibiza ya no les sorprende darse un chapuzón y encontrarse con una serpiente reptando por la orilla. En los últimos meses, se ha convertido en habitual toparse con culebras de herradura y de escalera en las playas y caminos de la isla.

Lo que sí llama la atención a los turistas y vecinos es el tamaño. Aunque no son peligrosas, los expertos muestran su preocupación en el hecho de que son una amenaza para la fauna balear, especialmente en Ibiza y Formentera. Estos ejemplares se alimentan de las sargantanas, una especie autóctona de estas islas que ya está en peligro de extinción.

Por ello, ya se están creando refugios para las lagartijas, donde estén seguras. Con la ayuda de cientos de voluntarios, cada día salen a capturar serpientes. Han instalado jaulas trampa en varios puntos de las islas.

También se ha reforzado el cotnrol en los barcos para evitar que las serpientes puedan trasladarse de una isla a otra. En el último año se han cazado más de 3.000 culebras y esperan conseguir que las sargantanas, las verdaderas dueñas de las islas, no desaparezcan.