La Policía Nacional, en colaboración con la Policía Judicial de Portugal, ha desarticulado una red de narcotraficantes especializada en el tráfico de cocaína y se ha incautado de 745 kilos de esa sustancia, que entraba en la Península camuflada en cargamentos de piñas por el puerto de Lisboa.
La Policía ha informado en un comunicado de esa operación, en la que ha detenido a los nueve integrantes del grupo, entre ellos dos dos hermanos de nacionalidad colombiana que lideraban la organización, y ha desmantelado dos laboratorios en las localidades madrileñas de Pinto y Nuevo Baztán donde se manipulaba la droga.
En total, se han hecho seis registros en los que se han intervenido más de 400.000 euros, dos prensas hidráulicas, diversas básculas de precisión, tres envasadoras y diversa documentación relacionada con los delitos cometidos.
Los arrestados adquirían la droga en Barcelona, la almacenaban en una vivienda de seguridad en Tarrasa, y desde allí la trasladaban en vehículos "caleteados" (con compartimentos ocultos) a Madrid donde era procesada y distribuida. Pero la droga entraba en Europa por el puerto de Lisboa.
De hecho, parte de la cocaína intervenida (355 kilos) fue localizada allí oculta en piñas previamente vaciadas y rellenas de cilindros del estupefaciente recubiertos de cera amarillenta. Antes de todo eso, la investigación se inició a principios del mes de abril del pasado año, cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización, integrada mayoritariamente por ciudadanos colombianos y liderada por dos hermanos, dedicada al tráfico de cocaína.
La Policía localizó varios domicilios en Madrid capital que eran utilizados como laboratorios clandestinos y "ventanillas" de distribución en los que residían los miembros de la organización tratando de dar apariencia de normalidad. A finales de noviembre, los investigadores tuvieron constancia de que los narcotraficantes iban a hacer un nuevo viaje para la compra de droga, por lo que prepararon un dispositivo para la interceptación del vehículo que regresaba de Barcelona.
Les sorprendieron con 40 paquetes de cocaína, de forma cilíndrica y de un kilogramo cada uno, ocultos en un habitáculo preparado al efecto bajo la rueda de repuesto, por lo que detuvieron al conductor. A raíz de este operativo se hicieron seis registros en los domicilios utilizados por los miembros de la organización, en la provincia de Madrid y en Tarrasa (Barcelona).
Los agentes localizaron 350 kilos de cocaína almacenada en varias maletas localizadas en la parte posterior de una furgoneta aparcada en el garaje del inmueble de Tarrasa. En dicha vivienda se detuvo también a cuatro individuos, tres de ellos de origen colombiano y otro venezolano, y se intervino diversa documentación relacionada con empresas de importación de fruta que podría formar parte del entramado empresarial utilizado para la importación de la cocaína a España.
Gracias a esa documentación, la investigación se dirigió a una empresa de importación de fruta que era utilizada como tapadera, y que transportaba cargamentos de piñas por vía marítima desde Panamá con destino al puerto de Lisboa.
A través de los mecanismos de cooperación internacional, los agentes solicitaron la colaboración de la policía portuguesa con el fin de interceptar nuevos envíos y revisaron dos cargamentos de fruta que llegaron al puerto lisboeta con cinco días de diferencia. En total, los investigadores localizaron 355 kilos de cocaína en el interior de piñas que previamente habían sido vaciadas y rellenadas con cocaína envasada en cilindros recubiertos con cera amarillenta.
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Localizaba establecimientos con un único trabajador, realizaba su pedido y al proceder al pago, aprovechando el despiste del dependiente, lo amenazaba con un arma hasta que le entregaba el dinero de la caja registradora.