Chicago, al igual que la zona conocida como el Medio Oeste de los Estados Unidos, se encuentra actualmente afectada por un fenómeno meteorológico llamado vórtice polar.
El vórtice polar no es más que una intensa ola de frío proveniente del norte que puede hacer caer los termómetros hasta los 30, incluso 40, grados bajo cero, lo que unido al viento puede suponer una amenaza de muerte para cualquier persona en pocos minutos.
De hecho, el frío que la región de Chicago está experimentando estos días, cuya sensación térmica es de -26 grados centígrados, es tal que el Servicio Meteorológico Nacional ha lanzado una advertencia a los ciudadanos de que se cubran la boca tanto como sea posible para protege sus pulmones del aire frío. Así mismo recomienda evitar el respirar profundamente y minimizar el hablar.
Con estas condiciones climáticas, la vida cotidiana de toda una ciudad se adapta por completo a las circunstancias. Ejemplo de ello son las vías de ferrocarril, vitales para transportar tanto personas como mercancía, que tienen que ser incendiadas con fuego por los operarios para que los trenes puedan seguir circulando.
El motivo de esta práctica que, en lo tiempos que corren, puede parecer primitiva, es simple: Cuando se está a varios grados por debajo del punto de congelación, el metal de las vías del tren puede contraerse y romperse.
Para evitar esto, los equipos de mantenimiento de las estaciones queman trozos de cuerda dispuestos a lo largo de las vías para que éstas recuperen su estado inicial y así poder repararlas.
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