Decenas de personas han salido a las calles este sábado para reivindicar la dignidad de las personas con VIH. Bajo el lema "Luchemos contra el estigma, seamos visibles", los organizadores pretenden que sirva como una "salida del armario" masiva de personas con el virus y una herramienta para dar visibilidad, romper los tabúes y reducir la discriminación con la que viven día a día.
"Yo digo que no vivo con el VIH, yo vivo con mi señora y luego el VIH está por ahí", defiende el secretario general de Cesida, Ramón Espacio. Él es uno de tantos activistas que llevan años luchando para romper con los prejuicios asociados al virus. "Mientras haya estigma y discriminación, la visibilidad es necesaria porque lo que no se ve, no existe. Y lo que no existe, no se cambia", sostiene.
Tanto él como Carmen Martín, coordinadora de la Asociación Ciudadana Cántabra Anti Sida, saben de sobra lo que es convivir con esa etiqueta: "A partir de ahí viene el rechazo, la discriminación, el aislamiento, la soledad, el miedo".
Muchas personas con VIH deciden ocultar su realidad porque la discriminación sigue muy vigente. "A veces conseguir un dentista les cuesta. Y si tienes VIH y te quedas calvo, nadie te va a hacer un trasplante capilar", asegura Espacio.
Una realidad que no por ocultarla o silenciarla desaparece. "Tenemos alrededor de 150.000 personas en España y, aunque parezcan muchas, cuando preguntamos a la gente a cuántas personas con VIH conoces, lo normal es que digan que no conocen a ninguna".
Por eso, Oliver Marcos decidió visibilizar su situación desde el primer momento en que supo que era portador. "A veces la gente me dice que por qué lo digo si no es necesario. Para mí sí lo es. Para mí sí es necesario reivindicarme porque lo personal es político, sobre todo para aquellas personas que no tienen un espacio seguro y que no lo pueden visibilizar y lo sufren en silencio", subraya.
Porque romper con ese silencio es la única forma de conseguir la dignidad que merecen y que tantos años llevan reclamando.