¿Puedo pedirle a mi empresa que me pague las gafas que uso para trabajar?

Si usas gafas para trabajar atento porque esto te interesa. La justicia europea acaba de decidir quela empresa tiene que pagar las gafas o las lentillas que necesita el trabajador. La demanda la puso un empleado rumano que había ido perdiendo vista por el uso de las pantallas.

Ahora la pregunta es evidente. ¿Qué va a pasar en España? ¿Están obligadas las empresas a abonar el precio de las gafas de sus empleados? ¿Cómo podemos beneficiarnos de esa decisión judicial europea?

Un estudio asegura que el 70% de las personas que trabajan delante de un ordenador han ido sufriendo una pérdida de vista por su exposición a las pantallas.

Hasta ahora, en los convenios colectivos de las empresas en España, si se incluía algo, era una ayuda que no cubría el total del precio, que puede estar en unos 200 euros. Además, habría que demostrar médicamente que las gafas o lentillas son necesarias, algo que en principio es sencillo con una simple revisión con el especialista.

Sin embargo, la realidad es que esto aún no se puede aplicar en España. Para que algo así pudiera llevarse a cabo en nuestro país, sería necesario que alguien iniciara un procedimiento judicial y que, esgrimiendo esta jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el Supremo la hiciera suya.

También podría ocurrir si se aprobase una ley obligando a las empresas a esta prestación.

Así, no es descabellado que la justicia española pueda llegar a tomar una decisión como la europea, ya que el TJUE interpreta una directiva europea relativa a la seguridad y salud para el trabajo con equipos que incluyan pantallas de visualización (una norma que puedes consultar en el BOE, aquí). Dicha directiva establece, en lo referente a la protección de los ojos y la vista de los trabajadores, la obligación de proporcionarles "dispositivos correctores especiales" si estos fueran necesarios.

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La vaguada fría que ha evolucionado a DANA está dejando graves incidencias en la isla, con fuertes rachas de viento y un escenario cada vez más difícil para efectuar labores de rescate y auxilio.