La ketamina es un compuesto químico utilizado como anestésico en humanos y animales que se sintetizó como alterativa a otros medicamentos por primera vez en 1962. Tras varios estudios recientes, se ha aprobado su uso para tratar casos graves de depresión.

Antón Gómez-Escolar, experto psicofarmacólogo, explica que estamos ante una droga "anestésica y disociativa", algo que logra "separar la mente y el cuerpo a nivel de sensaciones". Esta sustancia está ahora en el punto de mira tras relacionarse con la muerte del mítico actor Matthew Perry.

Los médicos que trataban su depresión sobrepasaron las dosis permitidas para lucrarse; cuando decidieron cortar el tratamiento, ya era demasiado tarde. En aquel momento, Perry se había convertido en un adicto y recurrió al mercado negro.

Fue ahí donde encontró a la conocida como 'reina de la ketamina', Jasveen Sangha, líder de una red de tráfico de drogas que presumía en redes sociales de su lujosa vida. Amante del caviar y gurú de la salud mental, lideraba en realidad un negocio de tráfico de drogas.

En relación con el caso de Matthew Perry, a Sangha se la acusa de haber vendido al actor 50 viales de ketamina por un valor de 11.000 dólares. Era el agente personal de Perry quien se los administraba sin ningún control, una sustancia que combinada con otros medicamentos y la falta de supervisión acabaron provocando la muerte del actor.

"En contextos de mucho control y bajo supervisión médica, las experiencias psicodélicas bien controladas permiten que las personas con depresión tengan una forma diferente de ver la situación en la que están y cambien su forma de pensar", añade Gómez-Escolar.