Tras décadas sin saber nada sobre las finanzas del rey Juan Carlos, los últimos años solo le han traído dolores de cabeza. El primero llegaba por el presunto cobro de una comisión en su mediación del AVE a La Meca, por el que se habría llevado 80 millones de euros; 65 de ellos fue un supuesto regalo para su amiga Corina. Sin embargo, luego le exigió su devolución, e incluso se abrió una causa por acoso en el Reino Unido. Este hecho hizo que la lupa de la Fiscalía Anticorrupción y del Supremo se cercara sobre él por primera vez en junio del 2020.

A esta, se añadieron dos nuevas líneas de investigación: una, por la constantes donaciones no declaradas de su amigo mexicano Allen Sanginés y el uso de varias tarjetas 'black' para poder dar salida esos fondos; y la otra, por la existencia de hasta diez millones de euros ocultos en un paraíso fiscal ubicado en la isla de Jersey.

Finalmente, la investigación terminó archivada, alegando, en primera instancia, la inviolabilidad del emérito. En su intento de no llegar a mayores, el rey Juan Carlos presentó y pagó dos regularizaciones a Hacienda por un valor total de más de cinco millones de euros prestados por unos amigos.

Se trata de hechos llamativos ya que, "oficialmente, no puede tener ningún dinero", tal y como subraya el periodista de 'El Confidencial' José María Olmo, a lo que añade que "es evidente que el rey todavía sigue disponiendo de patrimonio fuera". Dónde y cuánto dinero tenga es algo que, sin embargo, seguimos sin saber.