En Vilagarcía de Arousa, en Pontevedra, un mariscador alertó a la Guardia Civil cuando se percató de la presencia de un objeto extraño flotando frente a la costa gallega. Poco a poco, las autoridades han conseguido hacer emerger al posible narcosubmarino.
Para conseguirlo han necesitado inyectarle aire a presión y utilizar unas grúas. Finalmente, gracias a estas maniobras han logrado colocarlo en horizontal. Sin embargo, lo que había en su interior todavía sigue siendo un misterio porque, al abrir la escotilla, los buzos no han encontrado ni rastro de droga ni ningún tipo de alijo.
"Se ha hecho un acceso para conocer si estaba o no estaba vacío y si había dentro algún cuerpo, se ha eliminado esa posibilidad", ha indicado José Manuel Miñones, delegado del Gobierno en Galicia. Sin embargo, han confesado que será necesario remolcarlo a tierra para poder inspeccionarlo a fondo y conocer cualquier detalle sobre la posible tripulación.
Durante horas, los efectivos han rastreado el perímetro del submarino, que tiene unos 15 y 22 metros de eslora. "Tiene unas dimensiones muy parecidas al que se encontró en 2019 en la ría de Aldán, también muy similar por dentro", ha informado José Manuel Miñones.
Ahora, investigan si tiene relación con un otro hallazgo reciente. "Estamos recibiendo una auténtica avalancha de drogas. Hoy es el submarino, ayer fueron planeadoras, antes de ayer contenedores...", ha reconocido Fernando Alonso, de la Plataforma Gallega contra el Narcotráfico.
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