Los relatos de los pacientes del Hospital Bellvitge de Barcelona han quedado reflejados en unos libros cuyas páginas recogen la mirada de quienes aparcaron sus miedos. Todo, con el único fin de entretener y dar fuerzas a otros huéspedes involuntarios.
La personas que tuvo esta iniciativa fue la enfermera Antonia Castro, la cual nació con una frase de un paciente que le hizo reflexionar: "Menos mal que tenemos la tele porque estoy súper aburrido". Fue ahí cuando se le encendió la bombilla, una idea que explica a laSexta.
"¿Por qué no les decimos a los pacientes que escriban, esos escritos los reunimos en un libro y ese libro se regala a otros pacientes?", cuenta Castro. Esa fue la semilla de una idea que ha acabado siendo pionera en Europa.
Una de las personas que más relatos incluyó en estos libros fue Mercè Yll, paciente que comenta que una vez "superas" la enfermedad que te lleva a estar en un hospital "te das cuenta de que tienes un mar ante ti en el que escoges desde dónde explicas, cómo cuentas tu historia y qué das por relevante".
David Herrera, por ejemplo, se despidió de su pierna escribiendo, como si de un divorcio se tratase: "Expliqué que mi pierna se había divorciado de mi cuerpo, pero siempre utilizando el sentido del humor. Es una ayuda para aceptar dramas". Ese fue el primero de cinco relatos que escribió durante su año de hospitalización.
Más Noticias
- Muere un hombre de 63 años en Guadalix de la Sierra (Madrid) tras supuestamente ser corneado por una vaca
- La clínica de San Fernando (Cádiz) donde llevar a los animales era un auténtico infierno: denuncian la mala praxis del centro
- ¿Cómo sacarán el tren descarrilado de Atocha? Cortarlo o sacarlo remolcado, las dos opciones que se barajan
- Las castañas y sus beneficios contra el frío y el estrés: recetas para sacarles el máximo partido
- Los robos en el aeropuerto de Barcelona se multiplican por diez en la última década
Sus relatos forman parte de estos libros que recogen los sueños, los miedos y las inquietudes de los pacientes de este hospital de Barcelona. Son páginas en las que ahora están reflejadas las miradas de quienes aparcaron sus miedos, con el único fin de entretener a otros huéspedes involuntarios.
Muchos han acampado como protesta
Antonio, el pensionista obligado a vivir a 40 kilómetros de Valencia por los precios del alquiler: "Nada bajaba de 600 euros"
La acampada que se ha realizado como protesta por los precios del alquiler en Valencia ha dado lugar a no pocas historias. "No hay una habitación por menos de 400 euros", dice una afectada.