La Guardia Civil ha rescatado en el puerto de Melilla a un inmigrante que estaba enterrado dentro de un saco con cenizas volantes tóxicas (procedentes de una incineradora) en su intento por llegar a la Península.
En un comunicado, la comandancia del instituto armado ha informado este lunes de que el rescate se produjo el pasado viernes, cuando fueron localizadas 41 personas que iban ocultas en las bateas, camiones, contenedores y vehículos articulados, previos a su embarque en los buques para introducirse de forma irregular.
En un primer registro visual, fueron halladas 35 personas ocultas en distintos lugares, si bien posteriormente, el segundo registro, que fue más exhaustivo y meticuloso, dio como resultado la localización de cinco personas en lugares muy peligrosos.
Cuatro de ellos se habían ocultado en una batea que embarcaba llena de vidrios fracturados para el reciclaje, con el peligro que conlleva ante la presencia de objetos cortantes, en una travesía cuya duración es de unas siete horas.
Asimismo, los agentes encontraron a una persona dentro de un saco hermético de plástico que contenía cenizas volantes procedentes de la incineradora; es decir, una materia tóxica. Al ser desenterrada de entre las cenizas, esta persona recobró el conocimiento.
En total, en todo 2020 fueron localizadas en la zona de seguridad del puerto melillense 11.669 personas. En lo que va de año, la Guardia Civil ha hallado a un total de 1.781 personas en el interior de la zona de seguridad del puerto.
La forma para acceder a esta zona del puerto es diversa, ya que unas personas logran acceder a nado y otras por distintos procedimientos terrestres, introduciéndose a la carrera en los bajos o en lo alto de los vehículos cuando aminoran la marcha, lo que se conoce como "risky".
Otras son localizadas ya ocultas en los dobles fondos de bateas, vehículos y plataformas como el caso actual, que, según ha subrayado la fuente, son lugares "muy peligrosos" para su integridad física.
Las razones
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