Un preso acusado de asesinato que trabajaba en la cafetería de funcionarios del centro penitenciario de Mas d'Enric, en El Catllar (Tarragona), ha sido "retirado preventivamente" de ese puesto "por motivos de seguridad", según han informado a EFE fuentes cercanas a prisiones.

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha denunciado este martes en un comunicado que el recluso había sido asignado a "un puesto de especial peligro para la integridad de funcionarios e internos", al tener acceso a "utensilios peligrosos". Según los datos facilitados por CSIF, este preso en cuestión cumple una condena de 18 años de cárcel por asesinar a un hombre al que asestó múltiples puñaladas.

Fuentes cercanas a centros penitenciarios han explicado a EFE que "por motivos de seguridad" se ha procedido a la retirada preventiva de este preso de la cafetería de Mas d'Enric. El departamento de Justicia está acabando la revisión de la regulación del acceso

de los internos a los servicios penitenciarios para "reforzar la seguridad y la convivencia".

El CSIF asegura en este sentido que, tras el asesinato de una cocinera en marzo en Mas d'Enric a manos de un preso que se suicidó, "el Departamento de Justicia había dado instrucciones para reubicar a los internos considerados peligrosos fuera de cocinas y talleres, con el fin de reducir el acceso a cuchillos y otras herramientas peligrosas.

En ese momento, la cárcel tarraconense retiró de la cocina a una quincena de presos condenados por delitos violentos". Sin embargo, la semana pasada, el sindicato denunció que otro asesino había sido asignado a un puesto en la cocina del centro penitenciario de Ponent (Lleida), "lo que llevó a los servicios penitenciarios catalanes a apartarlo de inmediato tras conocer la situación por la prensa".

"Es bien sabido que los presos, debido a la naturaleza de sus condenas y la función de vigilancia de los funcionarios, no sienten especial aprecio por el personal penitenciario. Estas actuaciones son una muestra de la total negligencia de nuestros responsables penitenciarios y es una clara falta de empatía hacia los trabajadores", sostiene el CSIF.