El avance de la autopsia practicada al cadáver de Rocío Cortés, fallecida en el ascensor del hospital de Valme, determina que la joven murió como consecuencia de un "traumatismo craneal severo".
En el documento figuraría que el cráneo de la joven habría sufrido un "aplastamiento" entre el suelo y el dintel de la cabina del ascensor, al comenzar a elevarse en un momento en el que el extremo de la camilla donde descansaba la cabeza de Rocío estaba fuera del habitáculo del ascensor.
También ha sido incorporada a las diligencias la denuncia formulada por la familia de la joven contra el hospital y la empresa encargada del mantenimiento del ascensor, Orona.
Después de dar a luz a su tercera hija, Rocío Cortés, de 25 años estaba siendo conducida a planta, para lo cual un celador introdujo la camilla en uno de los ascensores del hospital.
No obstante, el ascensor habría comenzado a subir en un momento en el que el extremo de la camilla donde reposaba la cabeza de la joven estaba fuera de la cabina.
La dirección del hospital Virgen de Valme ha defendido que el ascensor donde ocurrió el accidente "había pasado todas las revisiones reglamentarias".