En un comunicado, la Asociación Alexander Graham Bell para Sordos e Hipoacúsicos y la Fundación Oír es Clave piden a los padres que escuchen los sonidos que emiten los juguetes antes de comprarlos, ya que si éste es demasiado alto para el adulto, también lo es para el niño y aconsejan el uso de aplicaciones móviles de sonómetros.
Recuerdan que la pérdida de audición por ruido es acumulativa de manera gradual a lo largo de los años y advierten de que a mayor exposición y menor distancia de uso, los límites permitidos son más reducidos.
Así, un juguete destinado a estar cerca de la oreja como puede ser un teléfono móvil de juguete, tendrá unos valores límite inferiores a los de un juguete del que va tirando el niño con una cuerda. También piden que se controle el uso que el niño hace del juguete y que cuando éste se use de modo inadecuado, generando un riesgo para el menor, se corrija.
Por ejemplo, si el niño coloca un juguete durante largos periodos de tiempo cerca de la oreja o lo utiliza para producir ruidos de alto nivel acústico, debería evitarse dicha práctica. Asimismo, recomiendan que los juguetes que producen niveles de sonido elevados no se utilicen cerca del oído o en lugares cerrados.