La falta de tiempo en el día a día ha disparado las ventas de platos preparados en el último año. Su consumo está dejando de ser ocasional y la demanda hace que se prepare más variedad. La practica de un estilo de vida saludable también se ha hecho notoria en estas comidas.
En ASAFAPRE (Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados) han tenido que "adaptar los productos a lo que demanda el mercado" y mejorado sus ingredientes, asegura Álvaro Aguilar, secretario general de la asociación. En total, la venta de platos precocinados ha aumentado en un 3,5% en 2022, según Nielsen.
Los más vendidos. Entre los más consumidos se encuentran la tortilla de patatas, la reina en las neveras por excelencia; las pizzas, bien sean refrigeradas o congeladas; y los platos con base de patatas o de pescado, que este último año han aumentado sus ventas en un 24% y 26% respectivamente.
El contexto. En el aumento del consumo influyen, sobre todo, el incremento de los precios y la falta de tiempo.
- La recomendación de los expertos es consumir alimentos naturales y que preparemos la comida nosotros, porque los añadidos químicos como los conservantes de los platos preparados empeoran los nutrientes y aumentan las calorías.
- El consejo de Rubén Bravo como nutricionista es utilizarlos en "ocasiones especiales" y no dentro de un hábito diario.
La otra cara. Es importante leer entre líneas cuando compres un plato preparado y mires sus ingredientes. Por orden:
- Ver si los alimentos son naturales.
- Las grasas, si es aceite de oliva o si han añadido vegetales de calidad.
- Los extras, es decir, los añadidos finales como los conservantes, la sal, los aceites menos saludables, potenciadores de sabor, etc. sean los mínimos.
Para nota. Un ejemplo esla tortilla de patata. Piensa en los productos que se usan al hacerla en casa: huevos, patata, aceite de oliva, cebolla (al gusto) y sal. Si cuando vas a comprarla lees en la etiqueta de los ingredientes que le han añadido otro tipo de alimentos, ya sabrás que su valor nutricional es peor.
- Además, Bravo aconseja revisar las calorías, los porcentajes de grasa, la cantidad de proteína que tiene y los niveles de azúcar y de sal, porque si vemos que es un alimento que no debería tener demasiado y lo tiene, tenemos que activar las alarmas e intentar evitarlo.
¿Cómo reducir el precio de la lista de la compra? Comprar los alimentos naturales congelados ya que "su precio suele ser hasta tres veces inferior al alimento fresco, y a nivel de valores nutricionales no va a empeorar", según este nutricionista. Por ejemplo: el pescado congelado o los vegetales.
El mejor consejo: planificar bien la comida de la semana, hacer la lista de la compra y si no tienes mucho tiempo durante la semana... practicar el "batch cooking", que para quien no lo sepa, se trata de cocinar a la vez diferentes recetas para varios días de la semana.
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