El ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini, dijo que permitirá el atraque del barco de la Guardia Costera italiana con 177 rescatados en el Mediterráneo que espera desde hace cinco días frente a Lampedusa, pero solo si otros países europeos aceptan reubicar a los migrantes.
"Puede desembarcar en Italia: basta que los 177 migrantes sean divididos bajo el espíritu de la solidaridad de la Unión Europea, formada por 27 países", dijo Salvini.
Salvini subrayó que Italia ya ha hecho su parte acogiendo a más de 700.000 personas llegadas por la ruta mediterránea y reiteró su intención, en el caso de no haya respuesta por parte de Europa, de que los migrantes sean conducidos a Libia.
Esa decisión violaría los acuerdos internacionales, pues Libia no es "puerto seguro", pero Salvini dijo que esos acuerdos "que tienen 20, 30, 40 y, en algunos casos, hasta 50 años de historia, se pueden cambiar visto que el mundo ha cambiado y también la inmigración".
Salvini afirmó entonces que tendría que ser Malta quien se ocupase de estos migrantes.
Pero el ministro del Interior maltés, Michael Farrugia, reiteró la negativa de su país a hacerse cargo de los migrantes y acusó a Italia de haberlos interceptado en aguas maltesas "pero solo para impedirles entrar en aguas italianas" ya que la embarcación no estaba pidiendo ser rescatada.
Ante este nuevo pulso entre Malta e Italia, se espera que se pueda volver a adoptar la solución de un reparto de los inmigrantes entre varios países europeos adoptada para los 141 últimos rescatados por el barco "Aquarius" de las oenegés SOS Méditerranée y Médicos sin Fronteras.