La sangre encontrada en el barco de Tomás Gimeno, desaparecido junto a sus hijas en Tenerife, no corresponde a las niñas, según confirman fuentes oficiales e informa Carlos Quílez.
Las alarmas saltaron cuando Salvamento Marítimo descubrió la embarcación del padre a la deriva, a dos kilómetros de la costa, sin nadie a bordo y con restos de sangre en su interior. Esa misma mañana las autoridades encontraron la silla de retención en vehículos de la familia también en medio del mar. En esta, sin embargo, no se han encontrado restos de ADN.
La investigación sigue su curso y las autoridades barajan varias hipótesis. Este lunes la Guardia Civil realizó un segundo registro en el domicilio de Tomás Gimeno para encontrar alguna pista que clarifique su paradero.
Una semana de angustia
Hoy se cumple una semana de la desaparición del padre y sus dos hijas. El pasado 27 de marzo Tomás Gimeno tendría que haber devuelto a Anna y Olivia a su madre –se encontraban separados-, pues se las había llevado a cenar, pero no lo hizo.
La progenitora, alarmada, se acercó al domicilio de su expareja y, al no haber nadie, le llamó. Este aseguró que iba a llevar a las menores en poco tiempo. No lo hizo. Entonces, la madre volvió a llamar y ahí el padre aseguró que "no le iba a volver a ver más, ni a él ni a las niñas".
La denuncia interpuesta por la mujer recoge que Tomás se despidió de sus padres "en un tono de marcha". Los amigos también indicaron lo mismo.
Hundimiento del petrolero
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Cuando todavía Valencia se recupera del desatre tras las consecuencias de la DANA, se cumplen 22 años de la tragedia del Prestige, la gran catástrofe ambiental de la hisotria de España recordada por una gestión política también desastrosa.