Cualquier dispositivo que se une a una red es susceptible de un ciberataque. Por eso las máquinas que hay en los hospitales también son vulnerables. "La sanidad sin tecnología prácticamente no podría funcionar, estaríamos en precario", explica José Ángel Hernández, perteneciente a la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica.

Además de los ordenadores y los móviles, las máquinas para hacer un TAC o para hacer una radiografía también pueden ser ciberatacadas. "Si se puede modificar una imagen médica, insertando un tumor donde no lo hay, puede ser un problema importante", detalla Hernández.

Sustracción de datos

Aunque no son los ataques más habituales. Casi un 80% de los que ha sufrido el sistema de salud se han producido a través de los llamados ransomware. "Es un software que bloquea los datos y la clave solo la tiene el atacante", explica Miguel López director general de Barracuda Networks.

Tras sustraer los datos, chantajean al centro de salud a cambio de dinero para recuperarlos. Incluso en ocasiones, el chantaje es doble: a la extorsión económica por los datos se le suma otra por no hacer públicos algunos de ellos sensibles. Con el peligro que eso implica, porque la información sobre la salud se considera información de alto nivel.

"La digitalización acelerada, que ha forzado la pandemia, también ha hecho que en ocasiones las medidas de seguridad no hayan sido siempre las necesarias", asegura Miguel López. Por eso es clave la protección de los datos, en la que aún queda mucho por hacer.