Junto a los peluches que la recuerdan, Lucía podría haber comenzado a andar la noche que desapareció, podría haberlo hecho accediendo a las vías a través de una rampa. Es la hipótesis que más pesa entre los investigadores, El sindicato de ferroviarios cree que la altura de los raíles podría haberla disuadido de salirse y así pudo caminar durante tres kilómetros hasta que se durmió junto a las vías.
El primer tren de la mañana podría haberle pasado por encima sin arrollarla pero el ruido podría haberla despertado y al levantar la cabeza se pudo golpear con los bajos del tren.
Además, hay otros indicios que apoyan esta teoría. Según algunos medios, el análisis de los zapatos muestra un claro desgaste, síntoma de haber andado entre piedras durante horas.
Sin embargo, los vecinos de Pizarra como pudo andar tres kilómetros por la vía de noche. Los padres de Lucía estaban sentados en unas mesas mientras los niños jugaban en la misma plaza. El acceso a las vías es fácil, está a unos metros. Los adultos perdieron de vista a la niña unos minutos, los suficientes para Lucía desapareciera. Acompañada de flores blancas y de cientos de vecinos se ha celebrado su entierro.
Usaba el transporte hasta 15 veces diarias
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