Jon Murgiano llama a su rebaño, o a lo que queda de él. Y es que, en los últimos meses, los ataques de perros sueltos han acabado con la vida de varias de sus ovejas: "Ovejas muertas comidas vivas, desgarradas pero vivas… imágenes muy fuertes", explica.
En cinco semanas, los pastores del Valle de Leintz han lamentado la muerte de 90 ovejas: "Los perros empiezan a correr detrás de las ovejas y crees que están jugando pero en ocasiones lo que empieza en juego acaba en tragedia", asegura el pastor Iñaki Oraá.
Y aunque los hay concienciados y no sueltan a los perros, otros prefieren que sus mascotas campen a sus anchas. Por eso, los ganaderos solo piden "respeto y educación". Y también apoyo de las instituciones, porque al ser estos animales domésticos, los pastores afectados no reciben ningún tipo de indemnización pública.