Un boleto de la Primitiva premiado con casi cinco millones de euros busca dueño desde hace casi siete años. La búsqueda de la fortuna se ha alargado tanto que hasta uno de los reclamantes ya ha fallecido. El caso podría llegar ahora hasta la policía científica.
"Hemos pedido que se haga la prueba de ADN en el boleto para acreditar que fue manipulado por el cliente", señala Belén Canosa, abogada de la familia del reclamante fallecido.
El despiste menos afortunado que un acertante puede tener ocurrió en julio de 2012, cuando alguien dejó su primitiva en el mostrador de una administración de A Coruña.
Al llegar la hora del cierre, el propietario lo encontró, según su versión. El hombre lo entregó en la Delegación de Loterias y allí le informaron que si el dueño legítimo no aparecía, él podría cobrarlo y convertirse en millonario. Pero, no fue hasta casi un año después, en septiembre de 2013, cuando se alertó de la pérdida. Y eso levantó sospechas de todos aquellos que lo reclamaron.
"Si hubiera querido ser archimillonario lo hubiera sido yendo al banco y se me hubiera pagado sin rechistar", explica el lotero.
Los herederos del reclamante fallecido creen que no fue fruto de un despiste. "No se le olvidó, sino que se le había hecho un cambiazo", asegura la abogada.
La primitiva se compró en otra administración y se le puso una marca inconfundible. Desde que se colocó el aviso, los aspirantes a millonarios no pararon de aparecer.
"Han sido un total de unas 220 personas", comenta Alberto Lema, concejal del Ayuntamiento de A Coruña. De ellos, solo quedan cuatro, que aún tendrán que seguir peleando en los juzgados por un premio que no parecen estar dispuestos a compartir.