La Policía Nacional ha encontrado en Madrid un cadáver que podría ser el de Francisco de Pablo Páez, al que llamaban 'Francis' y que lleva desaparecido desde marzo de 2022, por lo que ha detenido a seis personas supuestamente implicadas en los hechos. El cuerpo del hombre, que en el momento de su desaparición tenía 32 años, fue hallado este jueves en una finca de la localidad madrileña de Aldea del Fresno con signos de muerte de etiología homicida.

A falta de que la autopsia confirme que los restos mortales son efectivamente de Francisco de Pablo, los investigadores a cargo de las pesquisas creen que podría ser el del hombre desaparecido hace más de dos años, y la Asociación SOS Desaparecidos ha informado en sus redes sociales de que ha sido localizado sin vida. Es por ello por lo que los investigadores han detenido a seis personas, cinco hombres y una mujer, por su presunta implicación en la muerte. Todos ellos han sido trasladados a dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial.

Entre ellos se encuentra el presunto autor de la muerte del desaparecido, quien se entregó a la Policía, según han señalado otras fuentes policiales. El dueño de la citada finca encontró este jueves el cuerpo enterrado -se desconoce el grado de descomposición en el que se encontraba- y alertó a la Policía Nacional, que se desplazó hasta el lugar de los hechos para corroborar la información.

Tras proceder a su levantamiento por parte de la autoridad judicial, el cadáver será trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde se le realizará una autopsia que tratará de revelar la identidad del mismo y las causas de su muerte. Según han indicado fuentes próximas al caso, la Policía ya ha informado a la madre del desaparecido del hallazgo.

Francisco de Pablo Páez desapareció el 21 de marzo de 2022 tras salir del piso de alquiler en el que vivía en el distrito madrileño de Hortaleza, donde dos amigos le vieron por última vez cuando jugaban a videojuegos. Sobre las cinco de la tarde dijo que se iba a resolver un asunto y que entre media y una hora volvería al piso porque tenía que sacar a los perros. Tras ver que no volvía comenzaron a llamarle, pero su móvil dejó de dar tono esa misma tarde y nadie volvió a saber nada de él.

Tanto la Policía Nacional como el abogado de la familia, Juan Manuel Medina, colaborador de SOS Desaparecidos, solicitaron que se analizaran las llamadas del móvil de Francisco y su geolocalización, diligencias que los diferentes juzgados por los que pasó la causa denegaron al considerar que no había suficientes indicios de delitos.

Problemas con las drogas

Un mes después de la desaparición la causa fue archivada y se reabrió ese verano aunque con escasos avances. Según explicó, Juana Paez, la madre del desaparecido, unos meses antes de desaparecer Francisco envió un mensaje de audio a un conocido en el que le contaba que acababa de sufrir un 'vuelco' -un robo en el argot del narcotráfico- de unos 15.000 euros de cocaína que guardaba en su domicilio.

Hace dos años, la mujer también explicó a Europa Press que días antes de su desaparición habían amenazado de muerte por un asunto relacionado con drogas. De hecho, también relató a los investigadores que su hijo era toxicómano y frecuentaba lugares como la Cañada Real Galiana y la Colonia Marconi, por donde le han estado buscando.

Además, sus amigos le habían contado que semanas antes había sido amenazado de muerte por una peligrosa familia de origen moldavo que debía dinero a Francisco por un trapicheo de sustancias estupefacientes. No obstante, y por el momento, se descarta que el homicidio esté relacionado con un ajuste de cuentas, según ha informado este viernes 'Vozpopuli'.

El o los ladrones rompieron los barrotes de una ventana y fueron directamente a por la droga, aunque también se llevaron otros enseres. La mujer no descartaba que alguien hubiese podido tomar represalias contra su hijo por una deuda relacionada con la cocaína que le robaron. La investigación, llevada a cabo por los agentes de la comisaría de Hortaleza de la Policía Nacional, está siendo coordinada por el Juzgado de Instrucción número 37 de Madrid, que mantiene la causa bajo secreto de sumario.