Sandra fue la primera superviviente de cáncer de su planta hace 24 años. Hoy son casi dos millones. Salir del hospital es el primer paso.
"Lo que está ocurriendo es que a los cinco años te dan el alta y se acabó, pero hay consecuencias posteriores de una lista infinita como infertilidad, osteoporosis, problemas de corazón, de hígado, de riñón, cansancio, fatiga crónica... No se tienen en cuenta, los médicos hasta ahora dicen que con todo lo que hemos pasado eso no es nada, ¿cómo que no es nada?", dice Sandra Ibarra, presidenta de la Fundación Sandra Ibarra.
Es calidad de vida y por eso su fundación ha creado la 'Escuela del superviviente'. En ella registran la vida, como la de Ana, que se curó de cáncer hace dos años. "El cáncer es muy duro y a nivel psicológico afecta. Estamos curadas, pero seguimos ahí con ese tratamiento", cuenta Ana Olivo.
A veces están demasiado solas, por eso en la Fundación Sandra Ibarra encuentran respaldo. "Dan apoyo moral, tenemos también información porque muchas veces no sabemos lo que nos pasa, qué es lo que tenemos. La Fundación nos da unas pautas", añade Oliva.
Durante y después el cáncer hay mucha vida.
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