Estos días solo unos pocos recuerdan a esa persona que paseaba por las calles de las ciudades de noche gritando: "¡Las 12 y sereno!". El oficio de sereno era muy popular en nuestro país durante muchos años, pero dejo de existir en los años 70. Eran unos vigilantes nocturnos. Paseaban por las calles verificando que todo estuviese tranquilo, tenían una copia de las llaves de todo el vecindario por si se te olvidaban las tuyas, gritaban en alto cada hora en punto para que la gente supiese la hora por si en las casas no había reloj e incluso anunciaban si estaba lloviendo.

Algunos vecinos también recuerdan que algunas personas los utilizaban como despertador. Además, siempre llevaban consigo un silbato que utilizaban para avisar a las autoridades si había algún altercado o incendio, pero de tanto usarlo, incluso cuando no era muy necesario, la policía opto por no tomarles en serio. De ahí viene la expresión 'te han tomado por el pito del sereno'.

Ahora, el Ayuntamiento de Sevilla quiere traer esta figura de nuevo. Según nos cuenta Álvaro Pimentel, delegado de Economía y empleo del Ayuntamiento de Sevilla, es un programa de empleo dirigido al colectivo de mayores de 45 años para implantar la figura del agente cívico nocturno que vigilará algunas zonas del centro y del casco histórico y que acompañará a los vecinos. a los comercios y a los turistas por si tienen algún percance, duda o dificultad.

Pero Sevilla no es el único punto donde se volverá a ver este antiguo oficio. Gijón es otra de las ciudades donde esta figura se ha recuperado. Lorenzo es sereno allí desde hace años. Su horario es de las 23:00 hasta las 07:00 horas. Y aunque afirma que ellos no tienen nada que ver con la seguridad, es verdad que ejercer una seguridad pasiva: "Si ves a alguien uniformado dando vueltas por la noche los pequeños delincuentes se cortan más". Fundamentalmente, su trabajo consiste en ayudar a los ciudadanos; es decir, en cualquier problema que surja en la ciudad.

Además brindan su ayuda a personas mayores desorientadas, turistas perdidos y comerciantes que olvidan cerrar bien sus puertas o apagar las luces. En Sevilla hemos preguntado y muchos ciudadanos ven esta figura como algo que ayudaría a sentirse más seguros.