La familia del pequeño Mohamed está convencida de que la muerte del menor, de ocho años,no ha sido un accidente. Su padre tiene claro que la suya no ha sido una muerte natural, sino una muerte "provocada".
Es lo que alcanza a contar a los medios que se acercan a su vivienda para conocer cómo se encuentra la familia. Todos esperan poder abrazarlo una última vez, que el cuerpo les sea entregado para poder enterrarlo.
De momento, sus restos permanecen en el Hospital Militar de Ceuta donde le han realizado la autopsia que ha determinado que el pequeño fue golpeado con un objeto romo y contundente. Eso le habría ocasionado la muerte.
El domingo, como cada tarde, Mohamed fue a jugar a las canchas de fútbol que están enfrente de su casa, a solo 100 metros.
Lo normal, cuenta su padre, es que el niño fuese y viniese a la casa durante la tarde para merendar o beber agua. Este domingo, la última persona que le vio con vida fue su hermano, según fuentes de la investigación, con el que habló en la cancha. Al parecer él estaba viendo jugar a sus amigos.
La hipótesis que maneja la policía es que alguien, al verlo solo, llamó su atención y se lo llevó. La policía encontró su cuerpo muy cerca, en un terraplén. solo unas horas después. El cuerpo del pequeño presentaba un fuerte golpe en la cabeza y tenía varias contusiones en la cara.
Según fuentes de la investigación los pantalones del pequeño fueron encontrados a unos metros y el resto de la ropa estaba a medio quitar. Algunos vecinos, el día de la desaparición vieron a un hombre que les llamó la atención.
Ahora la policía está tomando declaración a cerca de una docena de testigos, la mitad menores. Tratan de reconstruir los minutos clave en los que Mohamed desaparece de las canchas de fútbol y mientras analizan también las imágenes de una cámara de seguridad del hospital cercano a los hechos.
Toda Ceuta sigue consternada y esta mañana se ha guardado un minuto de silencio como muestra de solidaridad y cariño hacia los seres queridos del pequeño.