El suceso, que terminó con tres vagones volcados, se produjo en la localidad de Courcelle-sur-Yvette, a una 40 de kilómetros al sur de la capital francesa, en la línea RER B. A causa del accidente, el tráfico quedó interrumpido en un tramo de esa línea, entre Coucelle-sur-Yvette y Orsay, y para paliarlo se puso en marcha un servicio de autobuses de sustitución.
También estaba perturbado el otro gran eje ferroviario de los cercanías de París, el RER A, a causa de las condiciones meteorológicas. La lluvia, que había estado cayendo de forma casi ininterrumpida en la región de París desde la media tarde, provocó también numerosos problemas en la circulación rodada.
Poco después, había 509 kilómetros de atascos acumulados. Los servicios meteorológicos tenían 22 departamentos, del centenar que hay en Francia, en alerta por riesgo de fuertes lluvias e inundaciones en una amplia franja en el norte de la capital francesa, que cubre la región de París, así como en el suroeste, junto a la frontera española.