El sindicato reclama el reconocimiento de la categoría profesional de 'Maquinistas de Tracción Eléctrica' para que así la Seguridad Social pueda acreditar las enfermedades derivadas de su puesto de trabajo, según ha anunciado el sindicato en un comunicado.
Hasta ahora la empresa Metro de Madrid se ha negado a reconocer la "penosidad y la toxicidad" que, según los representantes del colectivo de conductores, implica ser maquinistas de trenes que circulan por el subsuelo de la capital. Insisten, además, que ni piden más vacaciones, ni más remuneración, ni jubilarse antes, ni convocan los paros por compañeros sancionados injustamente, como dicen, "se ha insinuado en anteriores ocasiones".
Aseguran que han convocado los paros tras recibir sucesivas negativas por parte de Metro de Madrid en varias reuniones con la empresa este mes. La huelga comenzará a las 13.00 del 28 de junio y terminará el 2 de julio a medianoche, y será durante las 24 horas del día.
Del 23 de junio al 3 de julio, Madrid se convertirá en la capital mundial del Orgullo Gay, que tendrá su día grande el 1 de julio con el desfile por el centro de la ciudad. El suburbano tiene previsto abrir al público durante 44 horas de manera ininterrumpida desde las seis de la madrugada del sábado 1 de julio hasta la 1.30 horas del lunes 3 de julio, con el fin de garantizar durante ese fin de semana la movilidad de los madrileños y los visitantes que llegarán a Madrid durante la celebración del Orgullo LGTB.
Tras varias jornadas de paros parciales que no fueron secundados por los sindicatos UGT y CCOO y que se desarrollaron sin incidentes y con el cumplimiento de los servicios mínimos, el sindicato de maquinistas de Metro de Madrid desconvocó los paros anunciados a finales de abril como "acto de buena fe" para demostrar que quería solucionar el conflicto que mantiene con la empresa.
Indignación en Valencia
El enfado de los vecinos de Massanassa tras el derrumbe del colegio: "¡Asesinos! ¡Venid a ayudar!"
Un grupo de vecinos se ha agolpado en el cordón policial que perimetraba la zona del derrumbe. Hasta allí se han trasladado las autoridades, que se han encontrado con el enfado e indignación de los vecinos de Massanassa.