"Es verdad que la Iglesia ha adoptado medidas disciplinarias contra él. Ha sido suspendido porque el uso de la música rap no se permite en los sermones", explicó el obispo Philip Anyolo, jefe de esa diócesis, citado por el diario local 'Daily Nation'.
Micrófono en mano, Ogolo, quien suele cambiar la sotana por una camisa, pantalones cortos y un pañuelo anudado a la cabeza al estilo pirata, entretiene a sus feligreses con rap para urgir a la juventud a evitar "las semillas del mal del mundo y encomendarse a Cristo". "Uso la música rap para traer (..) a los jóvenes a la Iglesia. Por tanto, los acerco a Cristo", dijo recientemente el cura, quien también busca con ese estilo alejarlos de amenazas como las drogas y hacer que abracen causas de justicia social.
Algunos de sus seguidores, como Benard Oketch, de 28 años, no se han tomado nada bien la decisión de la jerarquía católica y han advertido de que dejarán de ir a misa.
"El padre Paul ha sido nuestro mentor. Él utiliza el lenguaje que entienden los jóvenes. Ha salvado a miles de jóvenes" de la droga, afirmó Oketch. Pese a la suspensión, el "sacerdote rapero" podrá acudir a misa como un fiel más hasta que entienda, en palabras del vicario judicial Charles Kochiel, que hay otras "formas de hacer las cosas".