Julia vive en el Palacio de la Infanta Carlota de Madrid desde hace 60 años. Afirma tener todos los papeles en regla. "Yo no soy ocupa. Pago mi luz, mi agua y mi alquiler", ha contado a laSexta. No obstante, sí hay quienes han entrado a este luar sin permisos. En total, 300 personas habitan este edificio histórico del siglo XVIII. Entre ellos, 50 niños.
Este palacio tiene la máxima protección histórica artística. Sin embargo, en 2001 un constructor iraní lo compró y lo intervino para hacer más pisos y lucrarse con él. "Ejecutó obras ilegales y destruyó gran parte del edificio", ha afirmado Jordi Gordon, miembro de SOS Mañasaña.
Pero la construcción de esos pequeños inmuebles tiene consecuencias para el propietario. "Si los particulares intervienen el edificio histórico sin permisos tienen sus sanciones", ha precisado Enrique Martínez, arquitecto especialista en intervención de patrimonio histórico. De momento, el Ayuntamiento de Madrid les ha enviado la orden para que dejen el inmueble.
"El lanzamiento se tiene que producir por seguridad y falta de salubridad", asegura el consistorio en un comunicado, una situación que ha causado gran preocupación y temor entre los residentes. "Tenemos el corazón en la boca", reconoce una vecina. Desde el Ayuntamiento dicen que han comprobado que ciertas personas ocupaban ilegalmente la vivienda: la subaquilan a terceros sin permisos.
Ahora, una pregunta ronda constantemente a los residentes del palacio: ¿a dónde van a ir? "Tiene muchos años, tendrá humedades, pero para hundirse no está", apunta Julia. Los pasillos de este edificio respiran mucha historia. Fue ideado en 1775 por el mismo arquitecto del Museo del Prado, Juan Villanueva.
Un palacio que se ha echado a perder. "Es algo muy codiciado porque tiene casi 3.500 metros cuadrados edificables", ha insistido Gordon, de SOS Malasaña. Qué uso se le dará a este inmueble es una incógnita aún. Lo definirá el equipo de Gobierno.
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