El conserje del colegio José María del Campo, en Sevilla, se pasa todo el curo recogiendo las prendas que se dejan olvidadas los alumnos, desde sudaderas y camisetas hasta zapatillas de deporte o paraguas. "Cuando empiezan las clases, en el primer mes ya empieza a subir la montaña de ropa. Se van olvidando de todo en el patio, en el comedor, en el teatro...", señala Sonsoles Salazar, directora del CEIP José María del Campo.
Nadie está a salvo de olvidar una prenda en el colegio. Una mujer cuenta a laSexta que su hijo se ha dejado olvidadas chaquetas en varias ocasiones, "especialmente en la época de entretiempo, cuando ya no les hace falta".
Y al final del curso, el colegio contacta con alguna asociación benéfica, ONG o parroquia y les donan la ropa, tal y como indica Salazar. Así, toda la ropa olvidada llega a asociaciones como la de Madre Coraje, en Sevilla, donde se clasifica. "Tenemos voluntarios que clasifican toda la mercancía, aproximadamente 500 o 600 kilos al año vienen de colegios", explica María Ángeles Gómez, miembro de la asociación Madre Coraje.
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En el caso de esta asociación, las prendas se venden a precios simbólicos en tiendas propias situadas en barrios humildes. María Ángeles Gómez subraya al respecto que "por precios simbólicos, las personas con pocos recursos adquieren ropa de segunda mano". De esta forma, convierten un olvido en el patio del colegio en una oportunidad para reciclar y cubrir las necesidades de muchas familias.