Su vida es un laberinto
Toda una vida en España, pero sin derechos: la historia de Kevin, el joven tutelado que el Estado ahora quiere expulsar
Los detalles Kevin nació en España y creció bajo la tutela de la Administración, pero nunca le dieron la nacionalidad. Tras varios trámites, le obligaron a cambiarse el nombre y a los 18 años recibió NIE y residencia.

Resumen IA supervisado
Kevin Cristian Bouragba, un joven de 25 años criado en España, enfrenta la posibilidad de ser expulsado debido a errores administrativos que le han impedido obtener la nacionalidad española. Criado por una familia de acogida, su situación nunca fue regularizada por la Administración, dejándolo sin documentos y sin derechos básicos como trabajar o estudiar. En 2024, la Subdelegación del Gobierno en Huelva le ordenó abandonar España.
* Resumen supervisado por periodistas.
¿Qué harías si un día te dijeran que tu hijo, al que has criado desde bebé, debe abandonar el país en el que ha vivido toda su vida? Ese es el miedo con el que vive la familia de Kevin Cristian Bouragba, un joven de 25 años que, a pesar de haber crecido en España, sigue siendo invisible para la Administración.
Su historia es un laberinto de errores burocráticos, negligencia institucional y una frialdad administrativa que roza el absurdo. Kevin no puede trabajar legalmente, no puede sacarse el carné de conducir y tampoco puede continuar sus estudios. Pero lo más grave llegó en abril de 2024, cuando la Subdelegación del Gobierno en Huelva le comunicó que debía abandonar España.
"Me quedé impactado. ¿Me van a expulsar? ¿A mí, que llevo toda la vida aquí?". Su historia es la de muchos niños tutelados por la Administración, atrapados en un limbo legal que les roba su derecho a una vida normal.
Una infancia marcada por la desidia administrativa
Kevin nació en España, hijo de una madre biológica marroquí. Cuando era bebé, la Junta de Castilla y León asumió su tutela y lo entregó en acogida a Dolores y Aurelio, quienes lo criaron con la certeza de que el Estado regularizaría su situación.
Pero eso nunca ocurrió. "Nos decían que le iban a arreglar los papeles, pero nunca se solucionó nada", asegura Dolores, madre de acogida.
Los años pasaron y Kevin creció como cualquier otro niño español, con una diferencia fundamental: no tenía documentación.
Según la Asociación Estatal de Acogimiento Familiar (ASEAF), el error de base es claro: "Cuando un bebé es tutelado por la Administración pública, lo primero que hay que hacer es tramitar su nacionalidad. Pero no lo hicieron, y ahora Kevin está pagando las consecuencias".
Un sinsentido burocrático
En lugar de darle la nacionalidad, como dicta el sentido común, la Administración obligó a Kevin a cambiarse de nombre por uno marroquí. Al cumplir 18 años, le otorgaron un NIE y una tarjeta de residencia, pero sin un camino claro hacia la ciudadanía. Y en 2024, decidieron que ni siquiera merecía seguir residiendo en España.
Su sueño era ser militar, pero el sistema lo dejó sin opciones. "Ese sueño se ha visto machacado por cómo funciona el sistema", asegura Kevin.
"¿Y ahora qué?"
Kevin, que nunca ha pisado Marruecos, se enfrenta a la posibilidad real de ser expulsado a un país que no conoce, donde no tiene familia ni hogar. Mientras tanto, su familia de acogida no sabe qué más hacer.
"Llega un momento en el que no sabes para dónde tirar", comenta Aurelio, padre de acogida.
Desde el Gobierno aseguran que su caso está "en estudio", pero el tiempo pasa y Kevin sigue sin derechos, sin documentos y sin respuestas. "Estoy deseando tener el DNI para ver si puedo tener las mismas oportunidades que los demás y hacer mi vida", asegura Kevin.
Mientras tanto, su vida sigue congelada por un sistema que, en lugar de protegerlo, lo ha condenado a la incertidumbre.