Un ejercicio de memoria: ¿cuántas mujeres inventoras vienen a su mente? y, ¿cuántos hombres? "Si conocemos a Flemming hay que conocer a Rosalyn. Si conocemos a Edisson hay que conocer a Ertha Erton", defiende Sandra Uve. Es lo que propone esta ilustradora que ha recopilado en su libro 'Supermujeres, superinventoras' a más de 100 mujeres inventoras. "Me empecé a dar cuenta de que n el colegio no nos habían hablado de ellas y que había una carencia de información histórica", denuncia Uve.
Habla de mujeres que no lo tuvieron fácil. Legalmente, no podían tener propiedades. De hecho, en España, hasta 1977, las mujeres no podían siquiera adquirir una casa a su nombre. A la hora de registrar una patente, esto era una gran complicación. "Mientras ellas intentaban luchar para que una idea se desarrollara, fuera viable y se llevara a cabo... Cuando lograban la patente a su nombre, lograban un derecho civil", remarca la ilustradora.
Son mujeres que se merecen un lugar en la historia y que, cada vez más, protagonizan libros infantiles. No obstante, recabar información sobre ellas no es fácil. "Me encontré con una información completamente enterrada en la historia", insiste Uve. "Todas habían dejado cosas escritas, pero se estaba perdiendo", añade Cristina Pujol, autora de 'Intrépidas'. Ella tuvo que recurrir a autobiografías y a tesis doctorales para escribir su libro, donde se recogen las aventuras de 25 exploradoras.
Ahora, ella demanda una cosa que, si bien parece esencial, sigue sin ser visible en esta sociedad: "Que estos libros que recogen historias de mujeres no sean solamente para niñas; también, para niños". Un cambio que se muestra por momentos más necesario, que promete rescatar los cientos de historias de mujeres olvidadas y darles refugio en nuestra memoria colectiva.