El pasado fin de semana un tiroteo en la barriada sevillana de las Tres Mil Viviendas levantó la alarma porque se usaron armas de guerra, probablemente algún fusil de asalto AK-47. Si fue así, procedían de un tráfico muy puntual en España, el de armas procedentes de la guerra de la antigua Yugoslavia y cuyos mejores clientes son los narcos.

Pese a la alarma social que crea su uso, los expertos consideran que la entrada ilícita de estas armas no es significativa. Al año, en España se incautan más de 8.000 armas, de las que sólo 100 serían de tipo bélico.

Sus principales clientes serían las bandas organizadas, los clanes y los traficantes de droga. De hecho, el hallazgo de este tipo de armas ha sido común en las operaciones realizadas en la Costa del Sol.

Respecto a su procedencia, en su mayoría son excedentes armamentísticos o armas no devueltas de la antigua Yugoslavia. También de países del este de Europa como República Checa, Serbia y del gigante asiático, donde se fabrican.

Se introducen en nuestro país gracias a falsos fondos de vehículos y autobuses, muchas veces junto a los cargamentos de droga.

Aunque no es una situación alarmante, sólo en los últimos cinco años, la Guardia Civil ha realizado 128 operaciones contra el tráfico de armas.