El invierno está llegando. Se acerca el frío. El momento de que las noches empiecen cada vez más pronto. La hora de poner la calefacción y de sentir, de nuevo, marcharse buena parte del dinero que entra mes a mes por el gasto que eso supone. Y aunque con el tiempo nos hemos vuelto más ahorradores, aún queda mucho camino por delante.

Porque ahora gastamos menos en alimentación o en bienes duraderos, pero no perdonamos ni viajar ni salir de bares... y es ahí donde se va gran parte del dinero ahorrado.

"Los españoles eso del ahorro lo llevan flojo. Nos falta educación financiera", afirma Sara Ferrer, asesora financiera y creadora de contenido.

Para ello, tres puntos clave. En primer lugar, la planificación. El saber cuánto dinero entra, cuánto sale y en qué se gasta. El segundo aspecto es la generación de ahorro como si fuera un gasto fijo. En cuanto se cobre, apartar un dinero. Porque lo que no ves, no lo gastas.

Luego, y para terminar, la inversión. "Hay que hacerlo cuando hay un colchón de seguridad. Cuando puedes cubrir entre tres y seis meses de tus gastos", afirma Amalia Guerrero, experta en tranquilidad financiera.