La hostilidad a la que se enfrenta el colectivo LGTBI impregna todo su entorno. Los agresores, en el 37% de los casos, son conocidos o cercanos de las víctimas. Un 17% forman parte de su día a día, compañeros de trabajo, de piso, profesores, padres de compañeros.
El 12% de los agresores a personas LGTBI forman parte del vecindario y las agresiones llegan también en comercios (7%) y en locales nocturnos (4%).