Save The Children ha abandonado sus operaciones de rescate en el Mediterráneo central. Es la tercera ONG que retira su barco desde que el Gobierno libio anunció que aumentaría su control en la zona.
"Hace mucho más difícil nuestro trabajo y ponen en riesgo nuestra misión de salvar gente. Por tanto, no creemos que estemos en condiciones de poder hacer bien nuestra labor", explica David del Campo, director de Cooperación Internacional Save the Children.
A partir de ahora, los barcos libios patrullarán hasta las 70 millas, en lugar de 12 como hasta ahora. Su intención es expulsar de allí a las organizaciones internacionales. "Considerar que Libia es un lugar seguro es un auténtico disparate. Lo único que están intentando con estás decisiones es echarnos de las operaciones", añade Del Campo.
De momento, el buque 'Vos Hestia' permanecerá amarrado en la costa de Malta. Igual que el 'Prudence' de Médicos Sin Fronteras y el de la organización alemana Sea Eye. Solo entre las dos españolas han rescatado este año a más de 18.000 personas. Sin ellos, las consecuencias son imprevisibles.
"Esto va a multiplicar por cinco el riesgo de muerte, y por tanto no nos acercan a la gente que se ahoga, sino que nos alejan de ella", sentencia Del Campo. De momento, otras ONG como Proactiva Open Arms o Sos Mediterranee ya han anunciado que, a pesar de las amenazas libias, se quedan. Eso si, no tiene sentido que se sigan poniendo obstáculos a organizaciones cuya única misión es salvar vidas.