Una fuerte tromba de agua que ha dejado caer esta noche sobre Valladolid 30 litros por metro cuadrado en tan solo veinte minutos, según ha informado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), ha anegado calles y túneles y ha provocado numerosos desperfectos en toda la ciudad.
Vehículos atrapados y aplastados por ramas, desprendimientos de tejados e inundaciones en garajes, aparcamientos, bajos y calles han sido los principales destrozos de una fuerte tromba que también ha estado acompañada de vientos superiores a los 50 kilómetros por hora.
Como ha informado el cuerpo de Bomberos de Valladolid, hasta el momento no se ha registrado ningún herido ni altercado de gravedad, al margen de estos percances provocados por la lluvia y el viento, que también ha derrumbado árboles y farolas en la urbe.
Debido a estas lluvias, la Aemet activó el nivel de aviso naranja en la provincia de Valladolid, donde se han registrado 30 litros por metro cuadrado en una hora, especialmente en la capital, mientras que en el resto de la Comunidad se han mantenido los avisos amarillos.
La tormenta ha obligado a los agentes de Policía local a cortar varios túneles de la ciudad, como los de Vadillos, Labradores y San Isidro, al tiempo que han pedido a la población no usar el coche de no ser estrictamente necesario.
El servicio de emergencias 1-1-2 ha informado que en poco más de una hora ha gestionado 150 avisos relacionados con la lluvia en la provincia de Valladolid, de los cuales 132 han sido en la propia capital.
Por su parte, el cuerpo de Bomberos municipal ha alertado de las múltiples llamadas que han recibido en un breve lapso y ha pedido a la población "mantener la calma" ante los cientos de llamadas. A través de las redes sociales, Bomberos Valladolid ha reconocido que el grupo de retén llegaba "con muchos problemas al parque para reforzar la plantilla", por lo que han priorizado aquellos avisos más urgentes.
Colapso de una pasarela
Educación afirma que el colegio de Massanassa no estaba catalogado en riesgo de colapsar
José Antonio Rovira, conseller de Educación valenciano, niega que el colegio de Massanassa estuviese "calificado como centro que podía colapsar", pero sí estaba "clasificado como rojo" por los graves daños que había sufrido su estructura.