Isabel Lozano sufrió la violencia de género institucional desde el primer momento en el que fue a la comisaría a interponer una denuncia por malos tratos. El agente que la atendió la cuestionó en todo momento: "Me dijo '¿Y usted como sabe que tiene que pedir todo eso? ¿Sabe que va a tardar mucho? ¿Sabe que eso es muy difícil, muy complicado?'".
Cuando solicitó un abogado de oficio, se encontró con una sorpresa: "Resulta que era la primera vez que llevaba un caso de violencia de género y no tenia ni idea de que era lo que tenía que hacer. De hecho en mi denuncia no hay ni la mitad de las cosas de todos los hechos que ocurrieron", explica Isabel.
A Gloria Mejías ni siquiera le informaron de que tenía derecho a uno, y para que su denuncia no cayera en un cajón tuvo que hacer de detective: "Tuve que estar recopilando pruebas durante cinco meses".
Las dos se juntan ahora para formar parte del Consejo de Mujeres Resilientes, impulsado por la formación Alana. Marta Guerrero, portavoz del Consejo, explica cuál es su finalidad: "Nuestra intención es hacer visibles y denunciar ante las instituciones lo que es el maltrato institucional".
Piden cambios como que la vigilancia policial recaiga sobre el agresor, y es que denuncian que van a los sitios "como si ellas fueran las delincuentes" porque "la que va acompañada de un guardia civil eres tú y la que tiene la Guardia Civil en la puerta eres tú, no ellos".
O que se revise el derecho del maltratador a visitar a su hijos: "Una persona que ha maltratado nunca es un buen padre", cuenta Isabel. Y es que la sentencia judicial obliga a poner a lo que más quiere, a su hija de siete años, en manos de lo que más teme, su maltratador, y en contra de la voluntad de su hija. "Además te lo dice a la cara, 'mami no me has protegido'".
Este consejo nace para llevar un registro de todas esas vulneraciones y trabas a las que se enfrentan las mujeres hasta ahora silenciadas.
Arrestado en Murcia
Detenido el asesino de Talavera, uno de los diez fugitivos más buscados por la Policía
Estaba acusado de un asesinato cometido en 2009 en Talavera de la Reina (Toledo). Tenía pendiente cumplir una condena de 15 años. Se ocultaba junto a su mujer entre grandes medidas de contravigilancia.