Ha sucedido en Byron Bay, al este de Australia, donde el español Iñaki Aizpun, instructor de buceo en la localidad, ha salvado la vida a un tiburón en apuros. El tiburón tenía una red de pescar enganchada en sus branquias, lo que le habría producido una muerte lenta.
Las branquias son el órgano que permite a los tiburones respirar, que hacen la misma función que los pulmones a los humanos. En el medio acuático, las branquias absorben el oxígeno del agua y expulsan el dióxido de Carbono, por lo que el animal podría haber muerto asfixiado. Sin embargo, Iñaki fue su héroe. "Fue un momento muy emocionante el conseguir liberarlo", ha contado Aizpun.
La asociación 'Byron Bay', de la que el hombre forma parte, advierte del peligro que supone el uso de redes de pesca para la vida marina. Los animales de los océanos se enganchan en ocasiones en las redes que han sido extraviadas y mueren angustiosamente. "Por favor, dejemos de usarlas en nuestros océanos", ha pedido.
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