Juan Olaizola fue a surfear a la playa de Valdoviño, en A Coruña, tras impartir sus clases de surf en la localidad Pantín. Al lugar fue con varios compañeros y alumnos, según ha explicado a un equipo de Antena3.
Una vez en el agua, vieron cómo un pescador "lanzaba el sedal y lo recogía". Una y otra vez. En un momento en el que el joven estaba cogiendo una ola notó un fuerte tirón en el cuello. Pensó que se le había enroscado el sedal en el cuello, pero Juan tenía clavado además un anzuelo de gran tamaño.
El pescador continuó recogiendo el sedal mientras él y sus compañeros, que trataban de auxiliarle, ponían todos sus esfuerzos en romper el hilo para evitar un daño mayor en el cuello. Él explica que le gritó al pescador que tenía el anzuelo clavado, pero este no le pidió perdón "ni hizo ningún gesto". Finalmente, uno de sus amigos consiguió romper el sedal mordiéndolo.
Con el anzuelo todavía clavado, el surfista logró salir del mar como pudo. Según explica el joven, "el plomo me hacía peso, no sabía si me podía pinchar más o no".
Una vez fuera del agua, el padre de uno de sus alumnos le llevó hasta el hospital. Cuando sus compañeros fueron a buscar al pescador comprobaron que este se había dado a la fuga.
Cuatro condenados
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