Sin descanso un centenar de efectivos continúan trabajando para localizar a Julen, un rescate muy complicado por el diámetro del agujero, que es de unos 25 centímetros. La profundidad del túnel, creen, es de unos 107 metros.

Lo primero que han hecho es introducir un teléfono con cámara y una linterna, pero no han conseguido ver nada. Ahora trabajan con un robot que, normalmente, se usa para inspeccionar tuberías y tiene una cámara rotatoria con luces led. Este robot ha conseguido bajar hasta los 78 metros y ahí se ha formado un tapón.

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"Hasta ahora lo que hemos conseguido es perforar el tapón que tenemos sobre los 70 metros y hemos abierto un agujero de unos 30 centímetros, pero seguimos sin localizar al niño", explica Bernardo Moltó, portavoz de la Guardia Civil.

El menor podría estar debajo de ese tapón, pero no saben a qué profundidad. "El problema es que sigue cayendo material que se compacta porque es húmedo y la zona es fría. Por ello, no es fácil seguir rastreando", señala la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gómez.

Las autoridades están buscando nuevas opciones de rescate y tienen tres nuevas posibilidades: intentar extraer la tierra con un nuevo sistema, crear un pozo paralelo o hacer una excavación a cielo abierto desde el lateral de la montaña.

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El objetivo es poder localizar a Julen lo antes posible y no descartan que pueda ser con vida. "Si no creyéramos eso, no estaríamos pensando en todas las opciones posibles", asegura Bernardo Moltó.

La desaparición del pequeño se produjo este domingo cuando la familia se encontraba comiendo en la zona. Fue su tía la que, asegura, lo vio caer en el interior del pozo. De momento, han encontrado en el interior del agujero un bolsa de chucherías y un vaso. Y ahora todos los minutos cuentan para rescatar al niño.