Las barricas de vino reposan en lo que se conoce como bodega catedral. El nombre no es en vano, porque es por su arquitectura, que estas galerías se asemejan a dichas construcciones, y lo que atrae a miles de turistas para conocer de primera mano cómo se elabora el vino.

"En el último año hemos recibido más de 570.000 visitas. Un 30% es público extranjero y un 70% público nacional", explica Carmen Aumesquet, directora de promoción del Consejo Regulador de Vinos de Jerez.

Así, ya son más de tres millones de personas las aficionadas al enoturismo, una actividad que ha crecido en España un 18%. allí les explican la elaboración de sus vinos, con más de 3000 años de antigüedad, y sus distintas variedades.

En esta liturgia vinícola, los visitantes también pueden presenciar un espectáculo ecuestre que inmortalizan a través de los teléfonos. Pero también de la degustación, cómo no, de la especialidad de la casa: los vinos. "Como digestivo es impresionante", comenta uno de los asistentes.

Vinos que también se llevan a tabancos, tabernas tradicionales andaluzas donde se sirve a granel y se marida con el flamenco. Una excusa perfecta para disfrutar de este manjar.