El famoso robo de más de 700 kilogramos de oro en el aeropuerto de Sao Paulo por ocho hombres disfrazados de agentes de la Policía Federal no es como parece. Equipados con fusiles de asalto y con la vestimenta de la Policía, llegaron en dos vehículos a uno de los almacenes de una de las terminales más importantes de Latinoamerica.

En ese momento, los ladrones se hicieron con 718'9 kilogramos de oro guardado en un furgón blindado. En un principio, la cantidad de oro se cifró en 750 kilogramos, pero después se redujo a menos de 720. De allí se llevaron a dos rehenes, uno de ellos el supervisor de logística en el aeropuerto, Peterson Patricio, de 33 años.

Según Patricio, los ladrones le hicieron rehén junto con su familia un día antes del atraco y le obligaron a darles información privilegiada para facilitar su acceso al interior de la terminal. Según su testimonio, se montaron con la carga de oro en una camioneta Chevrolet S10 blanca y una ambulancia. Sin embargo, una vez preso, confesó su participación en la acción y afirmó que su familia no sabía nada al respecto.

En las imágenes de las cámaras de seguridad del aeropuerto se puede ver a Patricio enseñando a los miembros de la banda el lugar exacto donde estaba el oro e incluso se ve cómo toma algunas piezas que estaban sueltas en un contenedor. Sin embargo, su primera declaración hizo que la policía lo viera como una víctima.

Una vez realizado el robo, los asaltantes abandonaron los dos vehículos en otro punto de la región, a unos 12 kilómetros de distancia del aeropuerto de Guarulhos, donde fueron soltados los rehenes, uno de ellos, el cómplice del robo. Una información que ayuda a la Policía a resolver poco a poco este caso pero sin hallar, de momento, el oro robado valorado en más de 30 millones de dólares.