Cinco años después, víctimas y familiares siguen pidiendo justicia, dicen que no se puede consentir que se considere al maquinista el único culpable porque este era un accidente anunciado.
Los familiares han depositado 80 rosas blancas en un 'cruceiro' en Santiago de Compostela recordando a esas víctimas mortales.
Han acudido también muchos heridos que siguen recibiendo tratamiento médico y psicológico que además, han quedado incapacitados de por vida y que están cobrando pensiones mínimas.