El verano está trayendo un tiempo de locos. Los días exageradamente calurosos se van alternando con repentinos y considerables bajones en las temperaturas. En Cercedilla nadie se atrevía a meter un píe en el agua, tras los once grados que ha marcado el pueblo madrileño durante la madrugada

De igual manera, en Madrid se buscaba más el sol que la sombra debido a los 20 grados que han marcado los termómetros al mediodía y el viento procedente del norte.
"Si no corriese tanto el aire, se estaría mejor"

En Bilbao corren la misma suerte. Las temperaturas siguen bajando y difícilmente superen los 20 grados. Además, llueve por segundo día consecutivo, y no se lo toman muy bien.

"Pues fatal, si vengo ahora de Málaga", señala una mujer con el paragüas a cuestas, resignada.

Sin embargo, lo que se aguanta con pesar en el norte de España, se recibe como una bendición en el sur. Anoche en sevilla, el termómetro sólo alcanzaba los 20 grados y amanecía con 18 gracias a la niebla. Un lujo que rara vez se pueden permitir los que viven a orillas del río Guadalquivir.

"Está buenísimo. No estamos acostumbrados a estas temperaturas", explica con alegría una señora de Sevilla.

En Valencia, muchas nubes impedían disfrutar de un buen día de playa por primera vez en mucho tiempo, cuando ayer no había sitio para colocar la toalla.

En Galicia ya se han acostumbrado a la alternancia de sol y nubes que hay continuamente sobre la comunidad. Sin embargo, el sol que asomaba esta mañana por A Coruña anuncia que el final de julio volverá a ser estable.